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El periodista Kevin Moncada Xespe, del diario Sin Fronteras, enfrenta una acusación de “amenaza, hostigamiento y coacción” vía una solicitud de garantías personales interpuesta por el obispo Ciro Quispe López, de la Prelatura Territorial de Juli, en Puno, tras la publicación de informes periodísticos que señalan presuntos actos irregulares cometidos por el clérigo.
En declaraciones a la Oficina de los Derechos Humanos de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), Moncada señaló que fue citado para una audiencia el 28 de octubre ante la subprefectura distrital de Juli debido a la solicitud del obispo.
El periodista asistió con la intención de aclarar que su interés no es personal, sino estrictamente profesional; sin embargo, Quispe no se presentó en persona, optando por participar virtualmente, con la venia de la subprefecta Ruth Jhovely Yucra Villalva.
La audiencia terminó sin un acuerdo, ya que el obispo reiteró su solicitud de garantías personales y acusó al periodista de “investigar su vida” y acosarlo no solamente a él, sino también a gente de su entorno cercano, amigos y familia, para luego “amenazarlo” a través de sus publicaciones. Moncada aclaró que su trabajo es estrictamente periodístico y negó tener problemas personales con el obispo.
La subprefectura evaluará los argumentos de ambas partes antes de decidir si concede las garantías solicitadas por Quispe.
Las investigaciones de Kevin Moncada revelaron que el obispo habría incurrido en prácticas que tiene prohibidas por la Iglesia Católica, además de denuncias de presunta estafa.
El impacto de la información fue tal que incluso el Papa Francisco envió un delegado desde el Vaticano para investigar las acusaciones, que abarcan desde supuestas relaciones impropias de su condición clerical hasta irregularidades financieras.
La Asociación Nacional de Periodistas del Perú – ANP expresa su solidaridad con el periodista Kevin Moncada Xespe, blanco de intimidaciones por parte del Obispo Prelado de Juli, Ciro Quispe López, por hacer su trabajo.
La ANP precisa que el pedido de garantías personales en estos casos es un hecho inaudito. La acusación de “amenaza, hostigamiento y coacción” es inconsistente, por lo que la solicitud de garantías debería ser denegada, ya que, de otorgarse, sentaría un pésimo precedente en el ejercicio de la libertad de prensa.

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