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Hoy recordamos al periodista Jaime Boris Ayala Sulca, quien permanece en condición de desaparecido desde el 2 de agosto de 1984. Su lucha incansable por la verdad y la libertad de prensa dejó una huella imborrable en la historia del periodismo peruano. A pesar de las adversidades y peligros, nunca dejó de informar con valentía y responsabilidad.
El periodista fue visto por última vez cuando ingresó al Estadio Municipal de Huanta, donde operaba el cuartel de la Marina. Desde ese momento, y durante décadas, Rosa Pallqui emprendió una lucha por alcanzar justicia y encontrar los restos de Jaime, llegando incluso a instancias supranacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Años después de la desaparición uno de sus ejecutores reveló a la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) que el periodista estuvo detenido varios días, fue torturado y ejecutado extrajudicialmente.
“Primero lo matan con golpes, no hay armas. Lo seccionan y luego lo entierran en diferentes puntos del estadio… no recuerdo el lugar específico”, declaró el testigo bajo reserva de identidad 040-2003-CVR ante la comisión.
En setiembre del 2024 la 4ta Sala Penal Superior Nacional Liquidadora Transitoria de la Corte Superior Nacional de Justicia Penal Especializada condenó a los responsables del asesinato y desaparición de Jaime Ayala, significando un paso importante en la lucha contra la impunidad, a pesar de la reserva de lectura de fallo a uno de los responsables que permanece prófugo y que debería ser inmediatamente extraditado.
La Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP) hace un llamado al Estado, bajo el amparo de la ley de búsqueda de desaparecidos, para que encuentre el cuerpo de Jaime Ayala. Asimismo, exhortamos a la Corte Suprema de Justicia para que, a la luz de las firmes evidencias presentadas en el proceso judicial, ratifique la sentencia condenatoria a los autores del asesinato y desaparición del periodista.
Nuestro compromiso gremial es firme: continuaremos buscándolo y lucharemos para que su asesinato no quede sin castigo. ¡Hasta encontrarlo y lograr justicia!
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